Belén en un futuro verde utópico
Belén es una ciudad dorada, dorada en términos de espiritualidad. Se sostiene que es el lugar sagrado de nacimiento de figuras divinas como Lachama, el dios cananeo; David, el Rey de Israel, y Jesucristo, el hijo del Dios cristiano.
El control de Belén ha cambiado a lo largo de sus tres mil años de historia. Una vez fue el dominio de los cananeos, luego Judea, luego Roma, luego Persia, luego un califato árabe, luego parte de Egipto, luego reclamada por los cruzados cristianos, luego los otomanos, y luego gobernada en el siglo XX por Gran Bretaña, Jordania e Israel. Desde la década de 1990, Belén ha sido parte de Palestina.
El potencial de Belén para el futuro estatus de utópico verde está profundamente vinculado a su creciente independencia de Israel. En comparación con muchas otras partes de Palestina, Belén depende menos de Israel para el agua, el comercio o la seguridad. Con esta libertad comparativa, Belén utiliza su estatus dorado en espiritualidad para atraer a una amplia base de turistas internacionales de los que la mayoría de sus ciudadanos pueden obtener una vida saludable.

Para preservar esta economía, Belén 2121, como se muestra aquí, destierra las zonas industriales por considerarlas inadecuadas para el carácter de la ciudad. En cambio, solo se aprueban las pequeñas industrias artesanales y artesanales como el aceite de oliva y los productos de dátiles.
Belén 2121 estará en marcado contraste con el resto de Palestina, que se ha convertido en una mezcolanza de polígonos industriales establecidos por empresas extranjeras para aprovechar la mano de obra barata y las regulaciones laxas allí. Para algunos palestinos, estos polígonos industriales se clasifican como zonas de prosperidad porque las nuevas industrias ofrecen puestos de trabajo a los lugareños.
Sin embargo, con demasiada frecuencia terminan siendo zonas de injusticia ambiental, pobladas por industrias peligrosas y contaminantes. En contraste, Belén tiene aire limpio y agua limpia, su gente es más saludable y feliz como resultado. Y mientras la economía siga basada en el turismo, la artesanía y la agricultura a pequeña escala, no habrá mucha presión sobre la infraestructura debido a la afluencia de población.