¿Los Ángeles como una 'utopía verde'?
Utilizando los pronósticos sumamente optimistas de la literatura utópica, el Proyecto Ecotopia 2121 detalla los mejores escenarios del futuro de las ciudades del mundo real en todo el mundo. Este mes, destacamos el futuro de Los Ángeles.
Durante las décadas de 1940 y 1950, las líneas de tranvías de Los Ángeles fueron compradas sistemáticamente y luego cerradas y desmanteladas por un grupo de compañías automotrices conspiradas lideradas por General Motors Ltd.

En Los Ángeles 2121, las redes de tranvías hacen un gran regreso como un importante órgano de transporte debido al cierre y la remodelación de las carreteras. En lugar de ser caminos para automóviles y camiones, las carreteras de Los Ángeles se convierten en vías verdes con vegetación para peatones y ciclistas. Las carreteras también actuarían como una red de corredores ecológicos; conectando poblaciones de plantas y animales silvestres alrededor de Los Ángeles que de otro modo estarían aisladas.

Los Angeles 2121 por Alan Marshall
En este escenario, los automóviles se limitan al papel de relleno en nuevas viviendas verdes de alta densidad; un estilo arquitectónico que contrarresta los problemas de la expansión urbana y fomenta experiencias de transporte más agradables.
Pero, ¿cómo pueden los tranvías y las pasarelas con vegetación servir a una ciudad de cinco millones? En primer lugar, dado que el calentamiento global probablemente degradará el clima ideal de Los Ángeles, se convierte en un lugar menos atractivo para vivir allí y, por lo tanto, es probable que haya menos estadounidenses que elijan Los Ángeles como su hogar preferido. El cambio climático no puede alterar el cielo azul o la proximidad a la playa y las montañas, pero planteará cuatro amenazas tangibles:
1) los veranos probablemente serán mucho más calurosos,
2) el aire probablemente estará mucho más lleno de humo,
3) probablemente habrá muchos más incendios forestales,
4) y probablemente habrá mucha menos agua.
El gasto adicional para hacer frente a todas estas adversidades probablemente empobrecerá el erario público así como las finanzas de los propietarios privados.
Aquellos que se queden en Los Ángeles a principios del siglo 22 tendrán la oportunidad de probar los senderos verdes, donde encontrarán su viaje mucho más barato y mucho más placentero. Las personas no solo estarán felices de deshacerse de los 'paisajes basura' que una ciudad automovilística impone a sus vidas, junto con la contaminación que los acompaña, los accidentes y atascos, y el hedor y el ruido, sino que también serán más ricos porque no tienen gastar tanto dinero para comprar y manejar su propio automóvil.